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¡Esta es una revisión vieja del documento!


Memorias de Falx Rorik

Falx llegó a su hogar, se quitó la armadura y la colocó en un pedestal, y junto a ella, el escudo dorado tan distintivo de él. Se vistió con ropas finas y cómodas, y se dirigió a su oficina, en donde se sentó a reflexionar.

Al cabo de unos pocos minutos, se inclinó hacia adelante y tomó una pluma, la cual sumergió delicadamente en un frasco de tinta negra.

En la hoja, se plasmaba el siguiente texto con una letra enmarañada debido a sus brutas manos de enano.

Mayo 3, 1.318 d.BA., Banderbill.

Es casi medianoche, y este fue un día más del montón; un día agitado. La frontera con Arghâl es un verdadero problema. La sociedad imperial se ve sumida en la inseguridad y el caos de los Barrios Bajos. La entrada principal a la ciudad, paulatinamente está tomando el lugar de un condenado campo de batalla. La muerte camina con libertad en estos lares.

No pondré en duda mi fé sobre Etaren, pero parece no demostrar interés alguno por la seguridad de la entrada principal de la hermosa Banderbill. Día a día, ciudadanos imperiales mueren a manos de los rebeldes republicanos y los caóticos que azotan nuestras tierras por tan sólo defender la integridad del Imperio.

¡Está bien! El centro de la ciudad rebasa en Guardias Reales, al igual que el puerto y la zona residencial, ¿pero qué sucede con aquellos pobres campesinos que tienen su lugar en los Barrios Bajos? No pueden depender de unos simples imperiales, o soldados de la Sagrada Orden. ¿Y cuando no quede nadie a la expectativa de problemas?, ¿qué sucederá?, ¡Dios bendito!

Durante este último tiempo, he establecido diálogos con diferentes ciudadanos imperiales y soldados de la Sagrada Orden que piensan lo mismo que yo. El sur de Banderbill no puede depender de nuestro accionar. Hemos pensado en pedir una auditoría hacia los principales oficiales del Imperio para ponerle un fin a esto, pero para ello, debemos ser muchos. Intentaré encabezar esta causa. Puede que esta vez, portar el apellido “Rorik” sirva de algo. Al fin y al cabo… a lo largo de estos últimos, y casi mil años, mi familia ha hecho mucho por el imperio. Quizas tengan en cuenta mi petición. ¡Ojalá!

Lamentablemente, por ahora no tengo más remedio que quedarme sentado detrás de este maldito escritorio de roble, y por suerte, hoy he llegado sano y salvo a mi hogar… pero me compadezco con un gran pésame, de aquellos que hoy tendrán un plato menos en su mesa.

Lo único que busco, es una mejor calidad de vida para este hermoso pueblo.
¡Alabado sea el Imperio!


—Dejó la pluma a un costado, y se fue a descansar.—


La tarde caía en Banderbill, el color rojizo del sol ocultándose en el horizonte hace que el basto océano al norte de la gran ciudad sea una maravilla para los ojos. La tarde está bellísima, y Falx se encuentra en su hogar, descansando luego de un ajetreado día.

Junio 4, 1318 d.BA., Banderbill.

Hace exactamente un mes no escribía un pergamino, así que siento que ya es hora de retomar mis notas, pero luego de reflexionar acerca de la última actualización de mis memorias, algo despertó dentro de mí.

Tomé coraje, y finalmente, la iniciativa. He reunido a un par de ciudadanos y soldados de la Sagrada Orden y en conjunto a Vilhelm, un amable bardo de la Orden de Nheugen, decidimos encabezar este proyecto que nos otorgaría, poco a poco, un peso político. Quizas así nuestras quejas puedan ser escuchadas finalmente.

Las cosas aún están muy sueltas, y queda mucho por delante, pero creo que ya tenemos un par de miembros establecidos para facilitar las jerarquías dentro del Consejo de Ciudadanos de Banderbill, así es como decidí llamarlo. Quién sabe si esto me dará paso al Parlamento de Banderbill en los días venideros. Por suerte, contamos con personas que demuestran un gran interés por ser parte del Consejo. Eso es bueno. Muy bueno.

Tengo grandes expectativas para esta joven agrupación, y estoy seguro de que podremos llegar a lograr grandes cosas. ¡Eso espero!


El amanecer en Oderon trajo consigo una fuerte tempestad que acechaba los dominios Imperiales, grandes nubes cubren el cielo, y el fuerte viento obliga a las personas a quedarse en sus hogares. En las lejanías, el cielo truena con fervor…

Junio 6, 1318 d.BA, Banderbill.

No es un día muy placentero, unas fuertes lluvias se avecinan pero eso… eso no es lo importante; lo importante es que la gente está empezando a notar nuestra causa, ¡qué alegría!

Es asombroso e increíble el poder ver cómo progresa la organización del Consejo de Ciudadanos, hasta hace tan sólo dos días éramos un simple rumor al viento. ¡Increíble! Espero que este proyecto tenga un buen impacto en la calidad de vida de los ciudadanos.

Sólo queda pulir algunos pequeños detalles, y creo que ya estaremos listos para salir finalmente a la luz y llevar a cabo la primera reunión del Consejo de Ciudadanos de Banderbill.

—Una violenta precipitación llegó finalmente al norte del continente, las lluvias empapaban las estrechas calles de adoquines de la magnífica metrópolis—

rol/pergaminos_memorias_de_falx_rorik.1593561603.txt.gz · Última modificación: 2020/06/30 21:00 por lhorm